Sereno Moreno

La novo picantería de La Tola

“Las picanterías son establecimientos dedicados principalmente a comidas picantes: se sirven y se venden picantes. Muchos de los sabores sobrevivieron a la conquista española y otros se fusionaron con los ingredientes que llegaron de otras tierras. Muy populares en Ecuador y Perú, las picanterías son hasta hoy espacios alternativos de cocina criolla. Se encuentran en todo el país y son las favoritas de aquellos que quieren disfrutar de platos típicos y sabores criollos.”

Lo que se hereda, no se hurta y esto aplica, sin duda, a Cristian y Josué Moreno. Estos dos hermanos son los creadores del Sereno Moreno: una picantería como las de antes pero que le hace un guiño a los tiempos modernos. La gastronomía local ha sido parte de su herencia familiar y ellos continúan con la tradición. Su abuela y sus tías instalaron, en su momento, picanterías en otro barrio del centro histórico y fue su padre quien, hace 18 años, hizo lo propio en donde actualmente se ubica el Sereno.

En el sector de La Tola, y muy cerquita de la Plaza Belmonte, se encuentra este espacio. Ya son tres años desde que Cristian y Josué tomaron las riendas del negocio y le dieron un verdadero giro.

No solo cambió el nombre, de Pato Lucas a Sereno Moreno, sino que la oferta también se amplió. Sin dejar de lado los platos tradicionales (fritada, mote sucio, chulpi tostado, maduro con queso, papas con mapahuira), se han incrementado opciones veganas y bebidas artesanales (chicha y cerveza). Quien le preste atención al menú, se dará cuenta de que el maíz está muy presente, bien como protagonista o como acompañante, incluso en las bebidas. Mucha Chicha (la marca propia de Sereno Moreno) está hecha a partir de morocho y es un must. Not a fan de la chicha, pero la del Sereno es refrescante, ligera, con la acidez correcta y aromas herbales. Muy recomendada. La hay en versión original o roja (remolacha y frutos rojos).

Y como no solo de pan vive el hombre, en el Sereno también se organizan eventos culturales, fiestas electrónicas y mucha rumba. El segundo piso está pensado para ser un centro cultural. Hay una barra, balcón y dos ambientes para que clientes y artistas se sientan como en casa. El cartel de la noche puede ser muy variado, va de cumbia a música electrónica, y con dj’s invitados. La Tola se está convirtiendo en un spot alternativo y cultural, y son varios los eventos que organizan su after en el Sereno.

Con un horario extendido (cosa rara en Quito y más aún en el Centro) y con precios accesibles, el Sereno se llena de visitantes. Muchos son vecinos y habitués, y los otros turistas o buscadores de espacios alternativos. Una vez superado el susto de ir al Centro, quienes se atrevan a visitarlos se llevarán una interesante sorpresa. Un lugar muy peculiar, modesto pero con onda, con pintura mural de Claudia Anhalzer, un altarcito para los santos y mobiliario/decoración hechos a partir de reciclados, esta novo picantería bien podría convertirse en un nuevo favorito, el descubrimiento de la semana o el escenario de una anécdota urbana. Quien sabe, uno podría ir por la comida y volver por el ambiente.

Es una picantería con mucha onda. Entre cumbia, comida típica y chicha, es un lugar alternativo, en el que puedes pasarla bien y sin gastar una fortuna. Ubicado en La Tola, uno de los barrios con más historia del Centro Histórico, el Sereno parece una casa más, con patio interno, dos plantas y balcón, pero es un universo por descubrir. Ofrece un ambiente chill y sin pretensiones, tiene mucha actividad durante la semana y está abierto hasta la medianoche. En una ciudad en la que es tan difícil encontrar cocinas abiertas después de las 22:00, esta es una opción para tomar en cuenta.