Oroshigane

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Si hay alguna cosa por la que obsesionarse, es por buscar el mejor rallador y yo encontré el mío


 

Existen diferentes tipos de ralladores: los tenemos de plástico, acero inoxidable, los famosos Microplane o cualquier otra marca, especiales para chocolate o solo para limón, etc. Cada uno cumple una función específica o no; sin embargo, todos tenemos un favorito. Para que sea “el favorito” debe tener una característica que le haga sobresalir del resto, por ejemplo: nos ayuda a cortarnos menos, ralla más rápido o simplemente por su color o forma. Saber con exactitud por qué preferimos uno u otro es algo que todavía no descifro pero sí tengo un rallador favorito y les voy a contar cuál es.

Hace un par de años viajé a la Amazonía de nuestro país y tuve la oportunidad de visitar algunos hogares donde compartieron conmigo algunas de sus costumbres y tradiciones gastronómicas. El día que salimos de excursión a probar chicha –la deliciosa bebida fermentada tradicional de las culturas indígenas– nos explicaron su proceso y cómo rallaban la yuca antes de su fermentación. Para hacerlo usan un tronco del cual quedé enamorada y por el que entendí que la naturaleza realmente es sabia y nos aporta con todo lo necesario para lograr muchas cosas, inclusive rallar. Este rallador tiene una característica fundamental y es que es un pequeño tronco que viene de la corteza de un árbol que posee muchas espinas naturalmente. Ese momento me quedé maravillada por la versatilidad del uso de la corteza de ese árbol y su potencial para adaptarlo a otros materiales.

Entonces recordé a un rallador muy diferente al convencional, como el que encontré en la Amazonía, y es tradicional de la cocina japonesa. El oroshigane también conocido como oroshiki es un rallador sin orificios que tiene varios dientes pequeños muy afilados en la superficie que se usa para hacer pastas, ya que el producto final es mucho más fino del de un rallador normal. Está hecho de metales como estaño, acero o aluminio, aunque existen modelos elaborados con cerámica, plástico o cristal. Su diseño contempla que se utilice todo el producto sin crear desperdicio. Se usa principalmente para raíces como el jengibre o wasabi, hortalizas o verduras. Son tan buenos que no faltan en las cocinas profesionales. Una opción a nuestro alcance es el plato rallador. El plato rallador es un nuevo utensilio de cocina que se ha popularizado por su facilidad de uso y poco desperdicio. Es muy práctico y estéticamente hermoso, algo que seguramente modelaré en mis nuevas clases de cerámica.

Hay distintos tipos de ralladores pero el oroshigane definitivamente es mi favorito. Siempre me sorprende cómo la naturaleza sigue siendo la principal herramienta de inspiración para el diseño, desde culturas en la Amazonía hasta Japón, es lo más sabio y perfecto que existe y la debemos valorar.



Emilia Ospina