Chulpi Piqueos Urbanos: Con los pies en la tierra

Cocina creativa, deliciosa y accesible

“El chulpi es una variedad de maíz de grano pequeño y de sabor ligeramente dulce. Se lo consume tostado y es común servirlo como acompañante de comidas o como aperitivo. El chulpi es muy popular en Ecuador, principalmente en la gastronomía andina.”

Hace algunos años, Las Casas, un barrio residencial del norte de Quito apostó por convertirse en un polo alternativo de desarrollo gastronómico. Fueron varios los proyectos que, en su momento, se tomaron los alrededores de las calles Lorenzo de Aldana y Ruiz de Castilla con la intención de acercar la nueva gastronomía a otros sectores y pobladores de la ciudad. Chulpi Piqueos Urbanos fue uno de estos proyectos.

El tiempo ha pasado y da gusto ver que el letrero de Chulpi se mantiene y se ilumina todas las noches de la semana. Emprender en nuestro país no es fácil y hacerlo en gastronomía tiene dificultades adicionales; sin embargo, la decisión, formación y pasión de muchos jóvenes cocineros han dado lugar a varias propuestas. Ese el caso de Carlos Saltos y Chulpi Piqueos Urbanos. El amor por su país, su cultura y su cocina lo impulsan a la creación de platos ecuatorianos contemporáneos a partir de productos locales, orgánicos y estacionales.

La cocina que ofrece Chulpi es descomplicada y sin pretensiones. La creatividad es el ingrediente principal de todas las preparaciones. Carlitos, como lo llaman sus amigos y clientes, se esmera por incluir algo (o mucho) de su imaginación en las recetas tradicionales. Platos conocidos de la gastronomía local son reversionados con la incorporación de nuevos ingredientes, sabores y texturas. El ceviche, por ejemplo, cambia de versión cada día. Algunas veces lo hacen con una base de naranjilla; otras, maracuyá; y así, innumerables posibilidades.

El formato de tapas o piqueos es la característica de Chulpi. La idea es clara: pequeños bocados para compartir y así probar varios. Para quienes prefieren platos fuertes y postres, también los hay; y para los más aventureros existe la opción de un menú degustación de seis tiempos. En cualquier caso, las técnicas están bien logradas, la combinación de ingredientes es arriesgada y el resultado es sabroso y sorprende.

Chocolate amazónico

Huevo, mapahuira y choclo

Lomo, remolacha y papa

Camarón, yuca y tomate

En lo que a la carta se refiere, en el tiempo que llevan abiertos, desde abril de 2018, esta ha sido renovada varias veces y hace poco estrenaron la última versión. Basta revisarla para darnos cuenta que hay opciones para todos, tanto por los gustos como por los precios. Se cumple el propósito, entonces, de que sea una propuesta asequible para todos. Adicionalmente, aunque no se lo señale explícitamente en la carta, es posible pedir versiones veganas y vegetarianas de algunos de los platos, incluso del menú degustación.

Visto desde afuera, el restaurante podría parecerle extraño a más de uno (especialmente en la noche). No se apresuren a calificarlo por su apariencia y/o ubicación y anímense a visitarlo. Ningún reparo en relación con la seguridad o la experiencia gastronómica que van a vivir. El local es sencillo, cuenta con dos ambientes: salón y terraza cubierta, y se nota la atención que el equipo pone a los detalles.

Chulpi es una propuesta joven y fresca de cocina ecuatoriana urbana. A través del uso de ingredientes locales, pesca responsable, productos orgánicos y técnicas modernas, Carlos Saltos y su equipo proponen una experiencia gastronómica diferente y de piqueo. Ahora que tanto se habla de que en las ciudades latinoamericanas los precios son exorbitantes, esta propuesta nos demuestra que se puede comer rico (incluso un menú degustación) sin pagar una fortuna.

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¿Qué más puedes encontrar?

Colaboraciones con otras propuestas, cenas a cuatro manos, exposiciones de arte temporales y una pequeña colección de libros con algunas joyas de la literatura gastronómica.