Achille Castiglioni es un arquitecto milanés que dedicó gran parte de su vida al diseño industrial con sus dos hermanos, Livio y Pier Giacomo, desde un estudio en Milán por los años 50. Con un carácter curioso y creativo, su trabajo de diseño fue inspirado en la vida cotidiana y su contemplación; al tratar de entender lo que utilizamos y cómo lo podemos mejorar a partir de nuevos materiales, formas y estéticas.

Castiglioni siempre buscó que la simplicidad vaya acompañada con la diversión, ideando diseños como lo haría un niño. Entrar a su casa, donde también tenía su estudio, era una experiencia maravillosa. Encontrabas planos por todos lados, mockups, sombreros con forma de moldes de torta, etc. Cada espacio cumplía una función, y cada objeto otra aún más interesante.

Me encantaría hablar de todos los proyectos que pude conocer de este gran arquitecto pero quiero hablar de uno en particular. Aunque es pequeñito hay una gran propuesta conceptual detrás y tuve la oportunidad de tenerlo conmigo y utilizarlo. Se trata de una pequeña cuchara llamada Sleek. Es una herramienta que fue diseñada debido a la carencia de un utensilio que te permita sacar todo el producto del interior de los frascos, como: mermeladas, Nutella (principal uso en Italia) o cremas para untar. Además de este uso, también funciona como cuchillo para untar. Este diseño fue comisionado por una agencia publicitaria de Nueva York y la marca Kraft Foods para sus frascos de mayonesa.

La cuchara Sleek es un diseño moderno de los años 50, que representa la sobriedad y la funcionalidad en un solo elemento. El pequeño espacio táctil que le da sus líneas pronunciadas otorga al objeto identidad propia, haciendo que sea difícil replicarlo. Castiglioni tenía una fascinante obsesión por "mirar". Sí, mirar en cada rincón, el pasar de la gente, lo que comían, cocinaban, y todo este trabajo de observación marcó su línea de diseño que se produce hasta el día de hoy. Marcas como Flos (lámparas) y Alessi siguen replicando sus diseños originales y mantienen viva la creatividad y el ingenio en cada detalle de este gran diseñador.

Castiglioni marcó un precedente importante en mi vida como diseñadora que, sin lugar a duda, me sigue sorprendiendo. Me enseñó a siempre observar, a enfocar la mirada en lo más sencillo, lo racional, en lo que hace de nosotros seres cotidianos.